Queso del Rey Louis XIV

Saint Nectaire

6,95 

· Origen: Este queso de granja tiene su origen en los Montes Dore, ubicados en una zona volcánica fértil cubierta de hierba.

· Tipo: Se elabora con leche entera cruda en la finca, dos veces al día, justo después de los ordeños de la mañana y de la tarde. La granja Saint-Nectaire se reconoce por la placa ovalada de caseína verde colocada en un lateral.

· Pasta: La pasta amarilla contrasta vivamente con la piel, exhibiendo ojos dispersos de buen tamaño y una textura tierna y elástica, más firme al centro, más blanda al borde.

· Maduración: El período mínimo de maduración es de 28 días. Durante este período, el maestro afinador aporta todos los cuidados necesarios al queso para desarrollar su bonita corteza florecida y sus aromas. Los quesos se lavan en agua con sal al menos dos veces en las primeras 3 semanas de maduración. Luego, los quesos se voltean regularmente y se frotan una vez por semana.

Estas múltiples atenciones son necesarias para que Saint-Nectaire desarrolle su corteza muy específica con moho blanco a gris sobre un fondo marrón anaranjado, y ese sabor inimitable a avellana, reconocible entre todos. · Fase Visual: Viste corteza aterciopelada, blancuzca sobre fondo gris ratón, de buen grosor y algo rugosa.

· Fase Olfativa: Sorprende de inmediato el aroma extremadamente vegetal, a pasto, hierbas y flores de todo tipo. Huele también a tierra, a cueva húmeda y a ceniza. Se mantiene el perfil láctico como achatado, sugiriendo de lejos leche madura y frutos secos.

· Fase Gustativa: El sabor ya no sorprende tanto, más por anunciado que por otra cosa. Repite impacto vegetal y recuerdos terrosos, gana protagonismo el tema láctico. Del dulzor inicial gira hacia un suave amargor que se prolongará hasta el siguiente bocado, con nueces y ecos minerales tomando el relevo. Es un mordisco amplio y cambiante, que finalmente se suaviza, retoma el dulzor, se redondea.
La particularidad de Saint-Nectaire es que ha madurado durante varios años en las bodegas de Clermont-Ferrand. De hecho, antes de la llegada de la filoxera a finales del siglo XIX, había muchas bodegas bajo Clermont-Ferrand. Luego se transformaron en una bodega de maduración, porque los agricultores solían bajar a la ciudad para vender sus tommes blancos a los maduradores.

Hoy quedan una veintena de afines que lamentablemente ya es la cremosidad de su pasta y su sabor a avellana lo que lo hizo famoso.

De hecho, fue introducido en la corte de Luis XIV por el Mariscal de Francia Henri de La Ferté-Senneterre, donde este queso fue favorecido por el Rey Sol.
Sin consejo del chef.

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